Tipos de boletus comestibles: diferencia entre boletus edulis, boletus aereus y boletus pinícola

Los meses de otoño son la temporada de hongos por excelencia. En España, son miles las personas que cogen cesta, cuchillo y smartphone y se disponen a salir a por las setas comestibles más preciadas, desde los níscalos anaranjados a los exquisitos rebozuelos o las sabrosas trompetas de la muerte. Pero sin duda, la seta más apreciada, y una de las más caras en el mercado, es el boletus.

El boletus suele aparecer desde finales de verano hasta finales de otoño, sobre todo después de episodios de precipitaciones intensas, entre 10 y 14 días después de que llueva. Se cogen cortando la base del pie con navaja o a mano, con cuidado, siempre aireadas en una cesta de mimbre y con el himenio hacia abajo para que se diseminen por el monte.

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Aunque la variedad más conocida se trata del boletus edulis, existen diferentes tipos de boletus comestibles: las dos siguientes más conocidas son boletus aereus y boletus pinícola. Y en los meses de verano puedes encontrar el boletus reticulatus o boletus de verano. Una temperatura ideal para encontrar cualquier tipo de boletus oscilaría entre 15º y 24º. 

Todos estos hongos tienen rasgos característicos que te permitirán diferenciarlos si eres aficionado a micología o tienes planeado salir a por setas este otoño para preparar exquisitas recetas. Comencemos por la más conocida.

Cómo reconocer boletus edulis

El boletus edulis es un boletus muy frecuente, y también el más buscado en los montes. Si quieres localizarla para preparar un delicioso risotto de temporada o incluso un carpaccio en crudo.

Según la Fungipedia, las características del boletus edulis son un sombrero que en ocasiones alcanza grandes dimensiones —de hasta 30 centímetros— de color muy variable, aunque suele ser pardo y con el borde más claro, como una línea blanca alrededor del sombrero.

El sombrero del boletus es muy carnoso, y ligeramente viscoso. Cuando el boletus edulis es joven, su forma va desde hemisférica a convexa, aplanándose en la vejez. Los tubos son blancos en los ejemplares más nuevos, amarillean progresivamente y finalmente se tornan verdosos.

El pie es lleno y duro, ventrudo en  la juventud, tan carnoso como el sombrero y más cilíndrico cuando la seta envejece. La carne es blanca e inmutable al contacto con el aire, más dura cuando es nuevo y más esponjosa con el paso del tiempo. Su olor es fúngico y agradable, mientras que sabe a avellana.

Desde La Casa de las Setas subrayan que el principal rasgo para diferenciar boletus edulis se trata del color de su sombrero: busca esa tonalidad parda con el borde claramente más claro que el resto de su sombrero.

Cómo reconocer boletus aereus

Esta seta es más común a principios del otoño.

Desde la Fungipedia destacan que el sombrero del boletus aereus mide hasta 20 centímetros, primero hemisférico y convexo cuando el hongo es más viejo. Lo diferenciarás por su cutícula lisa y su color pardo oscuro, en ocasiones casi negro, y de tacto aterciopelado. También es el boletus más aromático de todos.

Los tubos son largos, netamente blancos, después amarillentos y luego verdosos.

El pie es macizo y robusto, al comienzo engrosado en la base o ventrudo y luego cilíndrico. El color del pie del boletus aereus es ocre, sustancialmente más pálido que el sombrero y de retícula muy fina. Su carne es gruesa, compacta y blanca.

Sale próximo a árboles de hoja caduca como robles, hayas y castaños. También es común encontrarlo en alcornoques y encinas. 

Cómo reconocer boletus pinícola

En Cesta y Setas enumeran las características del boletus pinícola: para diferenciarlo del resto de boletus comestibles, lo más llamativo es el color de su sombrero, cuya cutícula es de un color marrón rojizo o caoba, difícil de separar de la carne.

Este sombrero semiesférico que evoluciona a plano convexo puede llegar a medir hasta 30 centímetros de diámetro.

Su himenio está formado por tubos casi libres, primero blancos, luego amarillentos y luego de tonalidad verde oliva. Los poros son redondos y del mismo color que los tubos.

El boletus pinícola también se caracteriza por un pie muy grueso, ventrudo y sólido, cuyo diámetro puede superar al del sombrero. El color es ligeramente más claro, con reticula de mallas poligonales de tonos cremas a rojos en el ápice, y más diluida en el resto.

La carne bajo la cutícula rojiza es consistente, blanca y espesa, de olor perfumado. Eso sí, no es para todos los paladares, puesto que posee un sabor extremadamente amargo.

Aunque le gustan los pinos, también aparece cerca de robles y hayas. Es posible encontrarlo durante todo el año, salvo en invierno debido a las bajas temperaturas. Aunque puedes encontrarlo tras las tormentas estivales, es en otoño cuando su presencia es más abundante, principalmente desde finales de septiembre hasta casi el final de noviembre. 

Un extra: el boletus de verano

También se conoce como boletus aestivalis o boletus reticulatus. Como su propio nombre indica, el boletus de verano es una de las setas silvestres y comestibles más interesantes de los meses de calor. Aparece desde finales de primavera a final del verano.

Entre sus características, detalladas por La Casa de las Setas es el sombrero bastante uniforme, de color avellana o marrón claro y que tiene a cuartearse. El pie es más claro, cilíndrico y abultado en el centro, tendente a formar una retícula. No azulea al cortarse y si aprietas su sombrero, se queda marcada la huella.

 Su olor y sabor son agradables, y ligeramente dulces.