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Mario Bonilla

Localización: Partiendo de la localidad de Torrelaguna y pasando la localidad de Patones seguimos la carretera hasta que ésta «termina» (la subida se inicia con una curva a izquierda, dejando una vista preciosa al frente que da la sensación de que se acababa la carretera), momento en que iniciamos la ascensión.

Especificaciones: El asfalto está en perfecto estado y la circulación es escasa salvo las motocicletas que a menudo pasan por allí para «curvear».

Fuentes: Desconocidas.

Comentario: La primera referencia que tenemos es un aparcamiento no asfaltado que dejamos a nuestra izquierda mientras ya vamos sintiendo en las piernas los efectos de la gravedad durante aproximadamente 800 metros que, junto con 200 metros más totalmente llanos y los siguientes 200 en que impulsado por el llano no se aprecia demasiado la pendiente, nos llevan hasta una curva a derecha en la que se ven dos enormes tuberías -del canal de Isabel II, creo que son- y la pendiente se incrementa sin descanso, alcanzando picos de hasta el 16% (40 metros nada más, eso sí) y en mayor cantidad del 12% y el 10%; éstos últimos más mantenidos, por espacio de algo más de 1 km, justo hasta alcanzar una «falsa cima» tras la cual giramos a izquierda y nos damos cuenta que no hemos finalizado aún. Con creces hemos superado la parte más dura para adentrarnos en otra zona en que, superado todo lo anterior y añadiendo la belleza del paisaje que tenemos a nuestra derecha, comenzamos a disfrutar realmente del ascenso. A partir de este momento, la subida presenta variaciones constantes de pendiente, por lo que lo mejor es poner un poco de «molinillo» y disfrutar de los 2 km escasos que nos quedan hasta coronar. Aunque veas la reseña de las pendientes, sólo los dos tramos al 10% se perciben realmente en las piernas, puesto que el del 12,5% apenas tendrá 10-20 metros de longitud. El final del ascenso está en una curva, nuevamente a izquierda, en que dejamos un recinto con caseta a nuestra derecha y una vez rebasada la curva, podemos contemplar tanto el embalse del Atazar, como la presa e incluso el pueblo del Atazar, aunque para llegar a éste último y tras un bonito descenso, hay que superar una «rampita» de 1,1 km que «se las trae».